junio 9, 2025
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El feminicidio de Sheyla Cóndor, una joven de 26 años, sacudió profundamente la conciencia del país 

Título: Sheyla Cóndor fue enterrada en Tarma, su tierra natal
Fuente oficial: Agencia Andina
Link directo: https://andina.pe/agencia/noticia-sheyla-condor-joven-asesinada-comas-fue-enterrada-tarma-su-tierra-natal-1008468.aspx?utm_source

Hace unos meses, su cuerpo fue hallado en la vivienda de un suboficial de la Policía Nacional del Perú, en el distrito de Comas. Según denunciaron sus familiares, Sheyla llevaba varios días desaparecida y pese a insistentes intentos por presentar la denuncia se negaron a recibirla oportunamente. ¿Por qué? Aún no lo sabemos. Lo cierto es que la indiferencia de las autoridades no solo retrasó la búsqueda, sino que, según se cree, pudo haber sido clave en el trágico desenlace de su historia. 

¿Quién era Sheyla Condor?

Sheyla fue una joven madre con sueños truncados, era natural de Tarma, una ciudad en la sierra central del Perú. Madre, hija y amiga querida por todo su entorno, su vida transcurría con normalidad hasta que Darwin Condori, pasó de ser parte de su círculo de confianza a convertirse en su asesino. Sheyla desapareció en noviembre de 2024; su madre, alarmada por la falta de contacto, acudió primero a la comisaría de Santa Anita y luego a la de Santa Luzmila. En ambas, se negaron a tomar la denuncia por desaparición inmediata, argumentando la necesidad de esperar 24 o 48 horas, una práctica que contradice los protocolos oficiales. 

Días después, su cuerpo fue hallado sin vida en la vivienda de, Darwin Condori, suboficial de la Policía Nacional del Perú (PNP), quien posteriormente fue hallado muerto en lo que las autoridades calificaron como suicidio. Se sabe que ante este hecho, el Ministerio del Interior dispuso la intervención de las comisarías involucradas y el Fuero Militar Policial abrió una investigación por posibles omisiones funcionales. Además, la Fiscalía ha incluido a la Policía Nacional como tercero civil responsable en el proceso, una medida que evidencia el grado de responsabilidad institucional que se investiga.

El caso de Sheyla Cóndor no es un hecho aislado; lamentablemente, refleja una realidad que se repite día a día en el Perú. Según datos del Ministerio del Interior, entre enero y julio de 2024, se reportaron 10,730 personas desaparecidas, de las cuales 6,196 eran mujeres, representando el 57.4% del total . https://www.gob.pe/es/n/1011272 . Estas cifras reflejan una problemática estructural, donde el sistema de justicia, las comisarías y las políticas públicas todavía no logran brindar protección real a las víctimas.

Asimismo, podemos notar que desde mucho antes la ineficiencia para activar los protocolos de búsqueda inmediata, la falta de enfoque de género en la atención policial y la ausencia de un registro confiable de desapariciones agravan la situación. Muchas familias denuncian haber recibido respuestas como “seguro se fue con el enamorado” o “espere 48 horas”, frases que ponen en riesgo vidas y refleja un preocupante nivel de negligencia institucional.

¿Qué falló?

El caso puso en evidencia el incumplimiento de la Ley N.º 30364, que establece medidas de prevención, atención y sanción ante situaciones de violencia de género. Según esta ley, toda denuncia por desaparición debe ser recibida de inmediato y activarse los protocolos de búsqueda sin demora. Sin embargo, la respuesta de las comisarías contradice esta normativa. Expertas como la Doctora Angela Aguilar de Essalud, señala que: “Muchas mujeres temen no ser tomadas en serio o peor aún, ser juzgadas al momento de denunciar. Además la falta de resultados concretos y la lentitud del sistema generan una sensación de desprotección”.


Además, tras conocerse la noticia del hallazgo del cuerpo de Sheyla, colectivos feministas, familiares de víctimas y ciudadanas, organizaron marchas en Lima y otras regiones del país. En el centro de Lima, cientos de personas salieron a las calles con pancartas, fotos de víctimas y un grito de: “¡Ni una menos!” y “¡Justicia para Sheyla!”.

Estas manifestaciones no solo exigen justicia para este caso en particular, sino también una reforma profunda del sistema que permita prevenir y actuar de manera eficiente ante cualquier indicio de violencia contra las mujeres. Los familiares de Sheyla han pedido públicamente que su caso no quede impune y que la muerte de su hija sirva para que ninguna otra mujer pase por lo mismo.

Una madre o un padre de familia exige ser escuchado en estos casos: la indiferencia policial que también mató a Sheyla.  Esta foto nos transmite dolor, urgencia, en donde hay un rol negligente por parte de las comisarías frente a diversas denuncias de desapariciones, conectando directamente con el caso de Sheyla, cuya madre tampoco fue escuchada a tiempo. 

Por otro lado, salió esta nota:

1. Ministerio Público del Perú

  • Título: Ministerio Público seguirá investigando para conocer la verdad en el feminicidio de Sheyla Cóndor

https://www.gob.pe/es/n/1070552

Esta nota de prensa oficial detalla que tres despachos fiscales están a cargo de las investigaciones relacionadas con el presunto feminicidio de Sheyla Cóndor. Además, informa sobre la incorporación de la Policía Nacional del Perú como tercero civil responsable y las acciones legales contra los policías que habrían negado recibir la denuncia de desaparición.

2. Agencia Andina

Título: Caso Sheyla Cóndor: Fiscalía incluye a Policía como tercero civil responsable
La publicación oficial que confirma la intervención del Fuero Militar Policial a las comisarías de Santa Anita y Santa Luzmila por presuntas omisiones funcionales.
Enlace
https://andina.pe/agencia/noticia-caso-sheyla-condor-fiscalia-incluye-a-policia-como-tercero-civil-responsable-1010597

Finalmente, el feminicidio de Sheyla Cóndor debe recordarnos que la violencia de género en el Perú no es solo un problema social, sino una falla sistemática del Estado que sigue costando vidas. Las instituciones encargadas de proteger a las mujeres, desde las comisarías hasta los juzgados, deben asumir su responsabilidad con urgencia. Como sociedad, no podemos seguir normalizando estas tragedias. Casos como el de Sheyla, el de Katherine Gomez https://rpp.pe/lima/judiciales/katherine-gomez-cronologia-de-una-injusticia-en-el-caso-del-feminicidio-noticia-1506031 o el de tantas otras víctimas, muestran que la indiferencia institucional también mata. Desde este espacio periodístico seguiremos visibilizando la lucha de las familias, colectivos feministas y organizaciones por un Perú libre de feminicidios. Invitamos a nuestras lectoras y lectores a revisar también nuestra cobertura sobre protocolos de desaparición y violencia de género, así como a compartir estos contenidos para mantener viva la memoria de quienes ya no están y exigir cambios concretos. Porque mientras no haya justicia, no habrá paz para Sheyla, ni para ninguna.

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